Juan Carlos Saa, coordinador del evento, resaltó que la jornada contempló un desfile y la exhibición de 150 carros aproximadamente. “Primero realizamos piques: dos personas empujando el carro apagado y otra manejando”, contó. Del mismo modo explicó que los bólidos participaron en diferentes categorías: audio (vehículo abierto y vehículo cerrado), clásicos, limbo y estética. Los presentes quedaron impresionados con la categoría de audio. “El sonido de un carro abierto se equipara al ruido de una turbina de avión que se encuentra en cerca de 130 decibeles”. Otra de las categorías que deleitó a los aficionados fue la denominada limbo. “Esta división está dirigida para los carros que tienen aros pequeños y deben pasar por un estante llamado limbo (…) El ganador es el vehículo que más cerca se encuentre al ras de piso”. Saa destacó que el tuning es un deporte caro. “A parte del costo del carro se puede llegar a invertir tranquilamente 8.000 dólares, muchas veces se supera el valor del mismo vehículo”. Por su parte, Rolando Solís, propietario del Complejo Deportivo La Pradera, recalcó que organizan la cita por segundo año consecutivo. “
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